La agencia de calificación de riesgo señaló que algunos productores de crudo latinoamericanos "experimentan una pérdida de capacidad productiva, reservas, eficiencia y competitividad", en un momento en el que Estados Unidos goza de una "mayor independencia energética".
Ese cambio de tendencia presentará desafíos para que, por ejemplo, Colombia sea menos dependiente de las regalías petroleras para sus ingresos fiscales, mientras sus reservas internas disminuyen, analizó Moody's.
Asimismo, citó la crisis que sufre Venezuela, cuyas exportaciones de crudo se desplomaron, de acuerdo con la entidad, antes de las sanciones de deuda y capital impuestas al gobierno de Nicolás Maduro y a la empresa estatal PDVSA.
En cuanto a Brasil, la mayor economía de Sudamérica, apuntó que consume la mayor parte de su propia producción y que "busca reducir su exposición ante interrupciones del abastecimiento de combustible".
De México, indicó que es un importador de gas natural y productos derivados del petróleo de Estados Unidos y continúa siendo un exportador, pero decreciente, hacia la potencia norteamericana.
En este sentido, recomendó a los exportadores de crudo latinoamericanos que busquen "destinos alternativos" a Estados Unidos, aunque advirtió que esos nuevos mercados "probablemente no sean compradores tan receptivos o estables como lo ha sido" el gigante norteamericano.
Para Moody's, el nuevo escenario en el comercio de energía es positivo para "efectos crediticios" de los productores de petróleo y gas, y para la economía de Estados Unidos, mientras que para Latinoamérica trae consecuencias negativas en el mismo campo.
"Y conforme América Latina importa más productos petroleros de países fuera de la región, especialmente de Estados Unidos, se debilitan sus balanzas comerciales", analizó Gersan Zurita, ejecutiva sénior de la agencia de calificación.