Los mercados de América Latina crecerán una media del 3.5% en 2013

Los mercados de América Latina crecerán una media del 3.5% en 2013

Los mercados de América Latina crecerán en 2013 una media del 3.5 por ciento, los de Europa del Este un 2.7 por ciento y los Asia un 4.8 por ciento, según pronósticos que recoge el Banco de Pagos Internacionales (BPI) en su último informe trimestral.

Los mercados emergentes presentan un crecimiento más robusto que las economías avanzadas.

El BPI observa la percepción de menores riesgos y un aumento de la inversión en renta variable e instrumentos de mayor rentabilidad, como activos de mercados emergentes y de la periferia de la zona del euro.

También se observan flujos de capital a fondos de mercados emergentes, sobre todo a fondos de capital y a bonos.

Los flujos privados no bancarios a las economías emergentes subieron desde 119,230 millones de euros o 155,000 millones de dólares a 280,770 millones de euros o 365,000 millones de dólares entre 2009 y 2012.

Desde entonces se han mantenido en el máximo histórico que habían alcanzado en 2011.

La fuerte demanda de inversionistas extranjeros ha producido un resurgimiento de la actividad en los mercados de deuda corporativa de economías emergentes durante 2012 y comienzos de 2013.

La entidades asiáticas son los mayores emisores en el mercado internacional para valores de deuda corporativa, seguidos de las empresas de Latinoamérica.

Las estadísticas sobre títulos de deuda internacionales elaboradas por el BPI muestran que el volumen de títulos de deuda corporativa emitidos por sociedades financieras y no financieras con sede en economías de mercado emergentes superó los 1.23 billones de euros o 1.6 billones de dólares a finales de 2012.

Sin embargo, el universo de títulos de deuda corporativa internacionales puede atraer a inversionistas de otros países es apenas un tercio del total, ya que pocos títulos tienen las características de tamaño, liquidez y riesgo que buscan los inversores institucionales extranjeros.

En Latinoamérica los créditos transfronterizos de bancos cayeron en 8.5 millones de euros o 11,000 millones de dólares, un 4.3 por ciento entre finales de junio y finales de septiembre de 2012, frente al trimestre anterior.

Se trata de la mayor contracción trimestral desde 2009, si bien la exposiciones totales a los bancos en la región aumentaron.

Los créditos extranjeros a bancos subieron 12,300 millones de euros o 16,000 millones de dólares a 120,000 millones de euros o 156,000 millones de dólares a finales de septiembre de 2012, lo que refleja un incremento del crédito interbancario registrado por los bancos declarantes al BPI afiliados en Latinoamérica.

Las exposiciones interbancarias en la región aumentaron para los bancos de la zona del euro, sobre todo los españoles, y de Estados Unidos.

"Durante la crisis financiera mundial, los mercados chilenos sufrieron tensiones significativamente menores que otras economías emergentes, tanto dentro como fuera de América Latina", según el BPI.

Esta fortaleza está relacionada con la considerable profundidad y liquidez de sus mercados de derivados sobre divisas, y a su vez es fruto de las necesidades de cobertura de los fondos de pensiones chilenos, las Administradoras de Fondos de Pensiones.

El BPI señala en un artículo que los activos de los fondos de pensiones crecieron rápidamente: en 1995 equivalían a casi el 40 pro ciento del producto Interno Bruto (PIB) y en 2010 superaron el 60 por ciento.

La evidencia empírica sugiere que "los fondos de pensiones contribuyeron a incrementar la resistencia de los mercados de derivados chilenos, notablemente durante el periodo que siguió a la quiebra de Lehman".

Las Administradoras de Fondos de Pensiones continuaron asegurando una fracción grande de su amplia cartera de activos extranjeros y ofrecieron a los bancos y al sector financiero no bancario cobertura de mercados de divisas que excedía el total de la deuda externa a corto plazo de ambos sectores, lo que permitió a los bancos continuar proporcionando liquidez a los mercados de derivados.

El caso de Chile sugiere que mercados de derivados sobre divisas resistentes pueden complementar las reservas extranjeras en reducir episodios graves de tensión financiera, según el BPI.

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