El director general adjunto del Imco, Manuel Molano, refirió que en el tema de las gasolinas, México estaba en un serio dilema porque 55 por ciento es importada, ya que no se ha podido construir capacidad de refinación adicional, a pesar de ser un país petrolero.
Además, antes de esta apertura ocurría un fenómeno importante, pues el gobierno mexicano subsidiaba el precio de las gasolinas cuando los precios del petróleo eran altos y cobraba un impuesto cuando las cotizaciones del crudo eran bajas, refirió.
Consideró que desde la administración de Felipe Calderón (2006-2012) debió hacerse una reforma energética del calado de la aprobada por el actual gobierno, pues se hubiera liberalizado la gasolina en un entorno de precios del petróleo más favorable.
“Hemos vivido en un equilibro perverso en donde por razones políticas no queríamos subir los precios de las gasolinas y con la depreciación acelerada del tipo de cambio, lo que acabó ocurriendo es que Pemex no podría mantener los precios en pesos si no reconocía que su costo en dólares se había incrementado”.
Por ello, dijo, las autoridades mexicanas se vieron forzadas a subir el precio de las gasolinas y el diésel a partir de este año, expuso el directivo en entrevista en el marco de la presentación del nuevo indicador del IMCO denominado Medición de la Actividad Económica con Grandes Datos (Magna).
De acuerdo con Molano, el aumento a los precios de las gasolinas afecta a la clase media, porque es la que usa más el automóvil para transportarse, y como en cualquier decisión económica, esto tendrá un costo político.
Sobre la posibilidad de bajar el impuesto especial a las gasolinas, con el propósito de disminuir su precio, afirmó que este ya es relativamente bajo, de 4.5 pesos por litro, en comparación con países como Turquía, donde es de 20 pesos.
Precisó que solo China, Estados Unidos y un par de países con nivel de desarrollo similar al de México pagan menos impuestos, mientras que en Venezuela cuesta más la propina que se le da al despachador que lo que cuesta llenar el tanque.
Señaló que el alza de las gasolinas afecta la inflación, pero no a la de largo plazo, aunque destacó que las autoridades toman medidas para evitar que esta decisión provoque un aumento generalizado en estos momentos.
“Francamente preferiría yo que me liberalizaran precios de una bola de cosas más, como tortillas, transporte público o taxis, para que todo llegue al nivel de precios que tiene que tener lo antes posible, y a partir de ahí trabajar en las herramientas de competencia para que esos precios no subieran en el tiempo”, argumentó.