Hamilton, que también firmó la vuelta rápida, festejó su sexta victoria del año en una carrera loca -interrumpida dos veces, con bandera roja- en la que su compañero finlandés Valtteri Bottas fue segundo y el tailandés Alexander Albon (Red Bull) firmó su primer podio en F1. El español Carlos Sainz (McLaren), inmerso en uno de los múltiples accidentes, se tuvo que retirar en Mugello, donde sólo acabaron doce y el mexicano Sergio Pérez (Racing Point) fue quinto.
El británico no permitió que la segunda carrera caótica en sólo ocho días le apartase ni un ápice de su objetivo. Y a diferencia de en Monza, donde el caos y un despiste lo dejaron séptimo, prosiguió con su aplastante dominio en la debutante Mugello; pista en la que Ferrari festejó su Gran Premio 1.000 con el octavo del monegasco Charles Leclerc y el décimo puesto del alemán Sebastian Vettel. Botín exiguo para la escudería más laureada de la historia -con 16 títulos de constructores, 15 de pilotos y 238 victorias-, pero que mejora con creces sus últimas dos carreras, sin puntos.
Hamilton se benefició, asimismo, de la retirada, a las primeras de cambio, del holandés Max Verstappen y llegará a Rusia, dentro de dos fines de semana, con 55 puntos más que Bottas y 80 sobre la joven estrella de Red Bull. El excéntrico y espectacular campeón de Stevenage puede igualar en el anillo olímpico de Sochi -sede de los Juegos de invierno de 2014- las 91 victorias de Schumacher; y aún le quedarán otras siete pruebas para arrebatarle esa plusmarca en 2020.
Sólo una desgracia evitará que iguale este año los siete títulos del 'Kaiser'. Y nadie duda de que, si mantiene este nivel, Hamilton será el primer piloto de la historia en superar las cien victorias y la centena de 'poles' en la división de honor del automovilismo.
El arranque de la prueba fue absolutamente caótico. Hamilton, que el sábado había ampliado a 95 su propio récord histórico de 'poles', salió mal y fue rebasado por Bottas. Peor suerte corrió Verstappen, que arrancaba tercero, por detrás de los Mercedes, y que, sin potencia en el motor, comenzó a ser rebasado por la mayoría de los coches, antes de que el francés Romain Grosjean (Haas) lo tocara por detrás, sacándolo de una pista a la que ya no retornó.
El accidente, en el primer giro, fue colectivo; y en el mismo salió perjudicado Sainz, que había salido bien, avanzando de la novena a la sexta plaza. El español hizo un trompo al tocarse con un Racing Point y descendió a la zona trasera del pelotón; en un lance en el que también estuvieron involucrados el Vettel y el finlandés Kimi Raikkonen (Alfa Romeo), al igual que el francés Pierre Gasly (Alpha Tauri), ganador el pasado domingo. Que tuvo que abandonar nada más empezar: el galo vio cara en Monza; y cruz en Mugello.
El coche de seguridad -de rojo, en vez de plateado, sumándose al homenaje de Ferrari- entró en pista y tras varias vueltas, se produjo la siguiente situación, esperpéntica, que, por fortuna, no acabó en un auténtico drama. Cuando el 'safety' se retiró y se encendieron las luces verdes, Bottas tardó en acelerar y provocó el estrechamiento de espacios entre los monoplazas que rodaban en la mitad trasera de la parrilla.
El accidente, en la recta de salida y meta; fue espectacular y provocó la retirada de Sainz, del danés Kevin Magnussen (Haas) y del italiano Antonio Giovinazzi (Alfa Romeo); que, por fortuna, bajaron de sus coches ilesos. Se ondeó la bandera roja y la carrera quedó interrumpida durante unos quince minutos, antes de ser relanzada, al igual que sucediese siete días antes, en Monza, desde la parrilla.
Después de una situación que Sainz calificó de "muy, muy peligrosa, que no se debería repetir" se reanudó la carrera, sin otro de los damnificados, el francés Esteban Ocon (Renault); y con sólo trece pilotos en pista, en la undécima de las 59 vueltas.
Hamilton le devolvió el adelantamiento a Bottas nada más reanudarse la prueba y pasó a comandarla; con los dos Mercedes -que habían aprovechado para cambiar neumático y colocar los medios- por delante de Leclerc y de los dos Racing Point del canadiense Lance Stroll y Pérez, que el año que viene no seguirá en el equipo, que pasará a llamarse Aston Martin y en el que lo sustituirá Vettel.
'Checo' paró en la 29 para quitar el blando y poner el medio; dos giros antes de que hiciera lo propio su compañero, que entró en garaje una vuelta antes de que lo hiciera Bottas -que puso duros-.
Una después también colocó gomas duras Hamilton, que retornó a la pista en cabeza, por delante de Botas, con el australiano Daniel Ricciardo (Renault) -que acabó cuarto- en tercera posición, por delante de Stroll, que al igual que el 'aussie' rodaba con medios. Albon era quinto y el mexicano, sexto; con los Ferrari de Vettel y Leclerc luchando en ese momento por la décima plaza.
El compañero canadiense de 'Checo' se salió de pista, al sufrir un pinchazo en la segunda de las 'Arrabiatas', en la 44; lo que en primera instancia provocó la llamada a un nuevo coche de seguridad, poco antes de decretar de nuevo la bandera roja.
De tal manera, arrancó otra carrera, a diez vueltas, con Hamilton primero en parrilla, por delante de Bottas; Ricciardo en segunda fila, junto a Albon; y 'Checo' en quinta posición, al lado del inglés Lando Norris (McLaren), que confirmaría la sexta plaza.
El australiano rebasó a Bottas en primera instancia, aunque éste recuperó rápidamente la segunda plaza, por detrás del inglés. Albon acabó pasando a Ricciardo -que soñaba con podio- y subió a su primer cajón en F1. El ruso Daniil Kvyat (Alpha Tauri) acabó séptimo, por delante de Raikkonen -último campeón de Ferrari, en 2007- que tuvo que ceder la octava plaza a Leclerc al haber sido sancionado con cinco segundos por irregularidades en uno de sus 'pit stops'.
Kimi se conformó con sumar sus dos primeros puntos del año al acabar noveno, justo por delante de Vettel. En otra exhibición de Mercedes, que domina de forma aplastante, con 325 puntos, 152 más que Red Bull, el Mundial de constructores. En el que McLaren, a pesar del infortunio de Sainz, mantuvo la tercera plaza.
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El inglés Lewis Hamilton (Mercedes), que aspira a igualar este año los siete Mundiales de Fórmula Uno que sólo ganó el alemán Michael Schumacher, reforzó su liderato en el certamen al ganar este domingo el Gran Premio de la Toscana, en Mugello (Italia), donde festejó su triunfo 90 en la categoría reina.