El mandatario, en una entrevista por televisión, también rechazó la supuesta campaña de desprestigio emprendida por Chevron contra su gobierno y ratificó que Ecuador desconoce la competencia de un tribunal arbitral de La Haya, que tramita una demanda de la petrolera para intentar endosar a Quito el pago de la indemnización.
"Chevron escogió el peor país para tratar de desprestigiar", afirmó Correa al afirmar que la multinacional estadounidense ya "se ha dado cuenta con quién se está enfrentando: Un país chiquito, pero con una inmensa dignidad".
El gobernante dijo que no tiene idea de cuánto podría durar el juicio en el tribunal arbitral de La Haya y dijo que es posible que ese litigio lo pueda ganar la petrolera, aunque dijo estar seguro de "que a nivel mundial le vamos a ganar el juicio moral".
Correa recordó que un juicio privado que Chevron mantiene con indígenas y colonos de la Amazonía, por daños ambientales en su territorio, está por concluir en las cortes de Ecuador, que han condenado a la compañía a pagar más de 19,000 millones de dólares.
En ese proceso, que lleva más de 13 años, el gobierno ecuatoriano no ha intervenido, remarcó el jefe del Estado, pero dijo que su administración ha tenido que reaccionar frente a la "campaña de desprestigio" emprendida por la trasnacional y ante el proceso incubado en La Haya.
Correa, en respuesta, también ha puesto en marcha una campaña contra la petrolera, denominada "la mano sucia de Chevron", con la que intenta demostrar el supuesto daño ambiental en la Amazonía durante el tiempo en que Texaco, adquirida por Chevron en 2001, la petrolera operó en esa región, entre 1962 y 1990.
Según el mandatario, Chevron ha invertido cientos de millones de dólares en contra de Ecuador, pero dijo que "la verdad es demasiado grande para poder ocultar".
Por ello, llamó a los jueces del tribunal arbitral de La Haya a que visiten la Amazonía y constaten la contaminación atribuida a la petrolera estadounidense.
Este caso de contaminación es "uno de los más graves de la historia", pues supone más de 80 veces la ocurrida por el derrame de crudo de BP en el golfo de México y 30 veces peor que la de Exxon Valdes en Alaska, dijo Correa.
"Son 18,000 millones de galones" de agua tóxica que Chevron dejó en la Amazonía ecuatoriana y que han causado graves daños a la naturaleza, contaminado fuentes hídricas y afecciones a la salud de la población, sobre todo casos de cáncer, agregó.
Por su parte, la petrolera estadounidense ha acusado a los demandantes ecuatorianos y sus abogados de ejecutar una trama de fraude para perjudicarla y asegura que el gobierno de Quito ha interferido en el fallo judicial de condena.