Neveras portátiles para mantener fríos los víveres en el auto

Neveras portátiles para mantener fríos los víveres en el auto

Cuando el sol golpea el auto, es cuestión de tiempo que las provisiones que no están refrigeradas se echen a perder: la limonada se convierte en un té tibio y en los panecillos se derrite el queso. No sirve de nada encender el aire acondicionado. En viajes largos, la solución es una nevera portátil diseñada especialmente para los coches.

Hay dos variantes que son las más usadas: con refrigeración termoeléctrica o con compresor. La primera, llamada Peltier-Box, es mejor en cuanto a precio, pero no tan eficiente como la otra, que funciona como un refrigerador en casa, afirma Wolfgang Hoffmann, de la Sociedad de Supervisión Técnica en Alemania (GTÜ).

En un test reciente se compararon cinco Peltier-Box de entre 45 y 280 euros (entre 60 y 376 dólares) y tres aparatos compresores de 300 a 700 euros.

El modelo con compresor más caro mantiene una temperatura por debajo de cero incluso con 45 grados en el exterior. Además del precio, sin embargo, otro elemento en contra es su peso de 18 kilos. La nevera más barata en el test pesa 3,3 kilos y cuesta cerca de 45 euros. En contra de ella está que no alcanza temperaturas de congelación, no se puede regular la temperatura y consume más energía que los modelos con compresor.

El tema del consumo de electricidad es en las neveras del auto mucho más importante que en los refrigeradores de casa. Si la nevera consume mucha energía cuando el auto está estacionado o en un camping, la batería se terminará acabando y el coche no se podrá poner en marcha. La duración depende del estado de la batería del starter.

"Durante medio día se puede dejar funcionar la nevera", estima Wolfgang Hoffmann. Algunos modelos de ambos tipos evitan la completa descarga de la batería del vehículo.

¿Y qué ocurre con las neveras clásicas más pasivas con elementos refrigeradores que se guardan previamente en el congelador? La revista suiza Saldo comparó recientemente cinco neveras con consumo de energía y cinco sin consumo.

"Para comprobar la capacidad de aislamiento de las neveras, se llenaron con agua a cinco grados centígrados y se guardaron durante cuatro horas en un armario a 35 grados", cuenta Andreas Schildknecht, redactor de la revista. En los mejores modelos, el contenido sólo se calentó durante esas cuatro horas tres grados. Entre ellos había tres modelos eléctricos, pero también uno sin uso de corriente.

Quien, por lo tanto, no planee un viaje largo, sino una excursión de un día, puede tener suficiente con una nevera pasiva, aunque con varios elementos de refrigeración, lo que ayuda a la conservación de los alimentos.

Pero ¿realmente es necesaria la refrigeración? Alimentos perecederos como la leche, productos lacteos o el chocolate deben guardarse en frío nada más ser abiertos. En otros productos como carne, embutido o ensaladas existe otro peligro, la salmonela, que se propaga rápidamente con el calor. El resultado puede ser malestar y diarreas.

Algunos productos sufren con el frío. El chocolate se puede congelar en pequeñas porciones ya que luego se derrite en la lengua. Pero es mejor no dejarlo mucho tiempo, ya que si no, la grasa se separa y se forma una película gris en la superficie que afecta al sabor.

Una alternativa con menos azúcar y también sabrosa son las fresas congeladas, que saben tan bien como un helado y son incluso más sanas.

Temas relacionados
Cargando...
Load next