El cronograma comienza en los estados fronterizos del norte del país, por ser la región con mayor conectividad a diversas fuentes de suministro de gasolinas y diésel. Baja California cuenta con 560 gasolineras, 1 sistema de poliductos, 10 distribuidoras, 3 sistemas de almacenamiento y un punto de importación vía marítima en Rosarito. Por su parte, Sonora tiene 523 gasolineras, 1 sistema de poliductos, 28 distribuidoras, 6 sistemas de almacenamiento y un punto de importación vía marítima en Guaymas.
Baja California y Sonora serán los primeros estados en transitar de un modelo de proveedor único a uno de competencia, en el que más jugadores ofrecerán combustibles a los consumidores del noroeste del país.
El modelo anterior desincentivaba la inversión en transporte y almacenamiento de combustibles, lo cual, por la reducida capacidad de infraestructura logística, derivó en una menor seguridad en el abasto de energéticos.
La falta de inversión se reflejó en un menor número de gasolineras de las que podría haber en una economía de nuestro tamaño. Por ejemplo, en Baja California hay una gasolinera por cada 6,000 habitantes; en Sonora hay una gasolinera por cada 5,000 habitantes, aproximadamente. En el país existe una gasolinera por cada 10,560 habitantes; en contraste, en Estados Unidos hay una gasolinera por cada 2,700 habitantes, aproximadamente.
Con el nuevo esquema, se han comprometido inversiones a nivel nacional por 2,000 millones de dólares en transporte y almacenamiento, y se esperan al menos 12,000 millones de dólares adicionales para el expendio al público de combustibles. Con la flexibilización del mercado se espera que lleguen inversiones a la región en los rubros de transporte, almacenamiento y expendio.
Con la flexibilización del mercado, el precio de las gasolinas y el diésel estará determinado por el precio del petróleo; los costos de refinación, transporte y almacenamiento; el margen comercial de venta; los impuestos y el tipo de cambio vigentes. Para evitar abusos, en este nuevo esquema la CRE monitorea los precios al público y los volúmenes de venta. Esta información la comparte con la Profeco mediante un convenio de colaboración.
Asimismo, en los estados de Baja California y Sonora, la Profeco reforzará sus acciones de verificación en gasolineras y vigilará a las nuevas empresas, como lo hace con las ya establecidas, para asegurar que despachen litros completos.
Como resultado de la estrategia de flexibilización de mercados de gasolinas y diésel, se incentivará la competencia y la entrada de nuevas marcas en beneficio del consumidor, se logrará empoderarlo para que exija mejores condiciones, cuente con más opciones y servicios de calidad.
Otro de los mecanismos que se han implementado para garantizar el éxito de la estrategia de flexibilización de mercados de gasolinas es el convenio de colaboración entre el Servicio de Administración Tributaria (SAT) y la CRE, en el cual comparten información con el objetivo de combatir la evasión fiscal.
Por otra parte, el SAT continuará realizando la devolución del estímulo fiscal de manera expedita a los gasolineros con el objetivo de evitar que se descapitalicen y conserven competitividad respecto a las gasolineras del otro lado de la frontera.
Con este proceso que comienza en Baja California y Sonora, México se une a la mayoría de los países que tienen precio flexible y no administrado, entre los cuales se encuentran Estados Unidos y Canadá, nuestros principales socios comerciales, así como la mayoría de los países de América Latina y Europa.
La flexibilización de los mercados de gasolinas y diésel representa un paso más en la implementación de la Reforma Energética, con la cual México amplía las opciones para proveer al país de las fuentes de energía que necesita para sus hogares, industrias y comercios, al tiempo que genera inversión y nuevos empleos.